Escuchamos a Amália e su voz nos ofrece una imagen–síntesis del Fado, afirmada sobre el mundo. Imagen simbólica del país, Amália sublimo el Fado en su dimensión más universal. Su inequívoco protagonismo en la internacionalización de este género sería suficiente para demostrar la pertinencia del tema de esta quinta edición del Festival de Fado de Madrid, consagrado al universo de infinitas relaciones entre el fado y la Mujer.

Pero la importancia del género femenino en el mundo del fado tiene raíces más profundas en su historia, desde pronto en la figura mítica cantadora ochocientista, Maria Severa. A través de una tradición oral agregada a título póstumo, la mitología de Severa inspiró la creación literaria y plástica, operetas, obras de teatro y películas, asumiendo un lugar de absoluta centralidad en la iconografía de Fado.

A partir de la segunda mitad del siglo XX Amália, exponente artístico y musical que llamaba a si una pléyade de poetas – David Mourão Ferreira, José Regio, Pedro Homem de Mello, Alexandre O’Neill, Manuel Alegre, Ary dos Santos, entre otros – protagonizaba la renovación más importante de repertorio poético y musical del género. Imagen dominante del fado, Amalia rescataba en definitivo a su estética visual, introduciendo una dimensión inédita de sofisticación y glamour.

De Severa a Amalia o a las nuevas divas, la Mujer ocupa un lugar de absoluta centralidad en el camino de la consagración gradual del Fado, como protagonista de los grandes momentos de su historia. Inspirando la creación poética dentro de un inventario ilimitado de sentimientos, la mujer es también una intérprete por excelencia, de un cierto pathos melancólico ontológicamente interiorizado por el Fado, donde, hoy en día, nos proyectamos colectivamente.

Sara Pereira- Directora Museo del Fado

Co-Produción